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3era Semana

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El día de hoy estoy cumpliendo tres semanas de trasplantado.
El nuevo riñón va de maravilla, todos mis niveles en sangre están normales, excepto la hemoglobina. Aun así cada día que pasa, mis niveles de hemoglobina van subiendo; Gracias a Dios!

El doctor me dice que voy espectacular. Mis signos vitales ya están prácticamente normalizados. Nada más me falta la frecuencia cardiaca, que en reposo ya ha bajado, todavía sigue alta.

Sigo asistiendo al consultorio y laboratorio los lunes y jueves.

El lunes pasado 19 de agosto, fuimos a revisión con el Cirujano Alan Contreras, quien me operó y al revisar la herida decidió ya retirarme todas las grapas que estaban sujetando la piel. Eso fue un tremendo alivio!! Sin las grapas me pude parar derecho, agacharme, ponerme los zapatos por mi mismo, etc., etc., etc. La herida todavía me duele un poco y se nota inflamada. El doctor dice que eso es totalmente normal y que eso va a ir mejorando con el tiempo.

Me indicó que podía hacer bicicleta estática con mucho cuidado y muy despacio, a partir del día de hoy (sábado 24 de agosto). Así lo hice y me sentí muy bien, aunque si con un poco de dolor en la herida.

Cada día voy mejorando más y más y sintiéndome mejor.

La llamadas, chats, video conferencias, envíos de saludos, no han parado de llegarme y lo aprecio mucho.

¡Vengan y vean las proezas de Dios,sus obras portentosas en nuestro favor!

Dos semanas de operado

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El día de hoy a media noche cumplimos dos semanas de la operación.
Mi hermano está casi recuperado de su herida y ya no tiene ninguna otra molestia. Al parecer su único riñón se está ajustando a trabajar solo, pues él ha experimentado algunos cambios en sus horarios para ir la baño.

En mi caso, la recuperación ha sido más lenta y todavía estoy experimentando muchos ajustes en mi organismo debido a la medicación que necesito para no rechazar el riñón. Esa medicina me ha traído: cambios emocionales, un poco de temblorina, ritmo cardiaco muy acelerado, dificultades para dormir, principalmente.

Voy al hospital dos veces por semana a tomarme pruebas de laboratorio y revisión por parte del Nefrólogo. 

El doctor me dice que voy de maravilla, y que el nuevo riñón está limpiando "como loco".
Mi dieta a vuelto a la normalidad, y de hecho estoy tratando de comer muchos pues estoy bajo de peso.

Debería pesar 69 ó 70kg como mínimo y estoy pesando 60kg. Al parecer mi cuerpo empezó a compensar perdiendo peso en grasa y músculo, y llenándose de agua, por lo que nunca se me notó hinchado debido al problema renal. 

Estamos siendo exagerados en los cuidados de comida y contacto con otras personas.
Todos los días y varias veces al día reviso mis signos vitales: presión sanguínea, temperatura y nivel de saturación de oxigeno.

Procuro caminar varias veces al día, aunque sea un poquito, hago mis ejercicios de respiración (que me indicaron las personas de terapia respiratoria en el hospital), tomo mis medicinas... leo, veo la tele, descanso, me baño, tomo mis medicinas y voy al hospital si corresponde.

Dios ha sido bueno conmigo y con mi familia. Aunque ha sido un tiempo de sufrimiento y dolor, creo que Dios tiene todo bajo de soberana voluntad y nos está mostrando cada días de su amor y cuidado por nosotros. 

Estoy leyendo un libro muy inspirador: El sufrimiento y la soberanía de Dios por John Piper, Justin Taylor y otros autores. Estoy aprendiendo mucho al respecto. No hay duda que Dios tiene muchos recursos para hacernos saber su gran interés por nosotros.


Consuelo en días de agobio

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No se si es debido al dolor de tantas cosas que pasaron por mi cuerpo y en si por la cirugía, o por los fármacos que estoy tomando, pero pasé un poco más de dos días en lo que creo fue una depresión emocional. En el hospital por momentos aislados experimente ese sentimiento raro que va entre soledad (aunque no estás solo), tristeza (aunque no hay motivo), desánimo (aunque ves que todo va de maravilla), y otros sentimientos más bien inexplicables. 
Antes cuando me topaba con alguna persona que me decía que ocasionalmente en su vida, o algún periodo de su vida, se había deprimido, me quedaba pensando a qué se referiría, que sería eso... la verdad que no llegaba a ninguna conclusión y honestamente me faltó tacto con esas personas y empatizar más.

Estos dos días fueron realmente amargos, sin entender por qué me sentía de esa forma, y soportando cambios en mi cuerpo (presión sanguínea, temperatura, peso) y bastante dolor, llegué a un punto crítico. 

Ese día vinieron a visitarme mis padres y mi hermana y mi hermano. Trajeron con ellos todos los cuidados posibles para verme: cubre bocas, pantuflas recién lavadas, poniendose anti bacterial en las manos. Pasaron a verme de dos en dos en la sala de tele, mientras los demás esperaban en la sala principal. 

Primero estuve con mis Papás. Estuvimos platicando tranquilos, pero cuando mi mamá oró por mí, las lágrimas empezaron a salir sin parar. Escucharla suplicar por mi dolor y sufrimiento al Dios que todo lo puede, fue para mí muy conmovedor. Ahora mismo que lo escribo, lo recuerdo y las lágrimas me vuelven. 

Bajaron ellos y subieron mi hermana y mi hermano (le dicen los doctores El Héroe por lo que hizo por mí).
Cuando hablé con ellos y recordé los momentos duros en el hospital, rompí en llanto que no paró hasta una hora después. Les conté que me impresiona saber que el Dios en el que creemos (Jesucristo) sufrió en nuestro lugar, dolores infinitamente mayores que los míos; y SIN MERECERLO, todo por amor a nosotros, todo para que comprendiéramos cuánto nos ama. 

Cuando mi hermana se despedia me dijo: cuando estés triste recuerda lo que dice el Salmo 42
en donde el escritor inspirado por Dios escribe: "¿Por qué te abates oh alma mía y te turbas dentro de mí. Espera en Dios, pues aún he de alabarle. Salvación mía y Dios mío". De inmediato lo busque y lo leí completo.

El Rey David está en una verdadera lucha entre los que experimenta en ese momento: reproches de la gente, enemigos queriéndolo matar; él llora a todas horas... está realmente luchando con lo que llamamos depresión
El Salmo brinca entre la lucha de sus sentimientos y experiencia; y su fe. David se repite dos veces:

¿Por qué voy a inquietarme?
¿Por qué me voy a angustiar?
En Dios pondré mi esperanza,
y todavía lo alabaré.
¡Él es mi Salvador y mi Dios!

Su oración es sumamente conmovedora:

Ésta es la oración al Dios de mi vida:
que de día el Señor mande su amor,
y de noche su canto me acompañe.

No paré de llorar al leer Salmo. Es hermoso ver como podemos encontrar gente verdaderamente normal, que tuvo luchas como las nuestras y como encontraron consuelo, refugio y esperanza en Dios, el Dios de la Biblia.

Descubrí varias cosas: la Biblia tiene las mejores palabras para cada situación particular de la vida, palabras de Dios para mí!!! Que maravilloso!!! Descubrí que cuando pasas un asunto particular y sabes que el autor inspirado por Dios, pasó por los mismos momentos, esa voz de Dios, te estremece hasta lo profundo!

¿En qué otro lugar, se puede encontrar algo así?



 

El día que llegamos al hospital, en la recepción nos topamos con un amigo de muchos años y hermano de fe: Samuel Illescas. Nos contó que era médico residente del Dr. Castorena quién fue mi anestesiólogo. Samuel nos fue a visitar más tarde al cuarto para presentarse como doctor y decirnos que iba a estar en la cirugía. Nos explicó como iba a hacer la anestesia, lo que se podía sentir, etc., de forma muy profesional.

Cuando entré a quirófano al otro día, lo vi ahí. Lo último que recuerdo es él diciéndome es momento de hacer una oración Juan Carlos porque ya te vamos a dormir. A penas empecé a orar cuando perdí la conciencia. Lo próximo cuando desperté era un dolor tan profundo!!! Sentía como algo clavado en la ingle y muchísimo dolor. Unos segundos más tarde vi a Samuel a mí lado, le tomé la mano y le supliqué que me ayudara que el dolor que sentía no lo podía tolerar. Pasaron pocos minutos hasta que él descubriera que por error (de alguien), el fármaco no estaba conectado a nada y no me estaba llegando. Lo conectó (supongo) y unos momentos después me quedé dormido.

El dolor que sentía en esos momentos era totalmente agobiante, profundo e insoportable. Estoy muy agradecido con Dios por haberme enviado a Samuel como médico y como amigo. Samuel me decía que no se iba a ir de ahí hasta que todo estuviera bien y no me soltaba la mano ni yo a él.

Gracias Samuel! Fuiste un verdadero enviado de Dios

La cirugía

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Finalmente el jueves 1ero de agosto de 2013 me interné en el hospital MedicaSur de la Ciudad de México para ser intervenido al siguiente día. 
El primer día fue de preparación, monitoreo y última hemodiálisis. Igualmente, ese mismo día conocí al cirujano que me iba a operar, el doctor Alan Contreras. Platicamos con él como 2 horas, me examinó y despejó mis últimas dudas. Dormimos mi esposa y yo esa primera noche en el hospital. 
Al siguiente día, llegó para internarse mi hermano Daniel. Estuvimos un tiempo juntos con la familia y a las 6:10PM lo bajaron al quirófano. A mi me bajaron una hora después y ahí lo encontré en la sala de preparación. Se lo llevaron a las 7:10PM para empezar con él y a mí me llevaron pasadas las 8PM
Cuando llegué al quirófano me dijeron que mi hermano iba de maravilla, me pusieron anestesia y oxígeno y me perdí por las siguientes horas. 
Cuando desperté estaba en mi cuarto de hospital con muchísisisimo dolor en la herida dónde pusieron el riñón. Al principio los doctores pensaron que estaba delirando, pero después cuando pregunté por mi esposa, y cómo estaba mi hermano, entendieron que estaba consciente y que efectivamente tenía mucho dolor. Después de no se cuanto tiempo el dolor pasó y me quedé dormido.
Los siguientes días fueron de altas y bajas, y de dolores y cambios en todo el cuerpo. Medicamentos afectando el cuerpo, otros fortaleciendo, etc. Han sido días de mucho dolor y cansancio. 
Mis niveles en sangre son los mejores que he tenido en años! Pero mi estado de ánimo puede ser también el peor que he experimentado. El apoyo de nuestro Pastor Marco Escalante ha sido maravilloso al traernos consuelo, recordarnos las palabras de Jesús al servirnos con tanto amor, al cuidar de nosotros.

Mi hermano se está recuperando en casa desde el lunes 5. Tiene sus bajas y altas y también está experimentando mucho dolor. Donar un riñón no han sido nada fácil, sino algo complejo, traumático y doloroso para él. Estoy profundamente agradecido por lo que ha hecho por mí!! Es mi hermano y lo amo!!

Todos han estado muy al pendiente de nuestra evolución con la operación y recibimos sus muestras de amistad y de cariño. 

Todavía falta mucho por recorrer: muchos cuidados, dolor, ajustes físicos, cambios en las rutinas de la casa, etc., etc., etc. Dios ha sido bueno y tenemos su promesa de que lo seguirá siendo.

En los días que estuvimos en el hospital, Liz recibió de alguna amiga una imagen de un quirófano en dónde Jesús estaba dirigiendo las manos de los médicos en la operación. No tengo la menor duda que Jesús está al pleno control de las cosas, pero lo que pensé es que Jesús estaba realmente en la plancha conmigo, sufriendo a mi lado, secando mis lágrimas. Uno de los nombres con que se menciona a Jesús en la Biblia es "Varón de Dolores". El estuvo en la plancha más grande de este mundo, la cruz, sufriendo en mí lugar, pagando lo que yo debía pagar, para que ahora tenga vida plena en Él.



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