No se si es debido al dolor de tantas cosas que pasaron por mi cuerpo y en si por la cirugía, o por los fármacos que estoy tomando, pero pasé un poco más de dos días en lo que creo fue una depresión emocional. En el hospital por momentos aislados experimente ese sentimiento raro que va entre soledad (aunque no estás solo), tristeza (aunque no hay motivo), desánimo (aunque ves que todo va de maravilla), y otros sentimientos más bien inexplicables.
Antes cuando me topaba con alguna persona que me decía que ocasionalmente en su vida, o algún periodo de su vida, se había deprimido, me quedaba pensando a qué se referiría, que sería eso... la verdad que no llegaba a ninguna conclusión y honestamente me faltó tacto con esas personas y empatizar más.
Estos dos días fueron realmente amargos, sin entender por qué me sentía de esa forma, y soportando cambios en mi cuerpo (presión sanguínea, temperatura, peso) y bastante dolor, llegué a un punto crítico.
Ese día vinieron a visitarme mis padres y mi hermana y mi hermano. Trajeron con ellos todos los cuidados posibles para verme: cubre bocas, pantuflas recién lavadas, poniendose anti bacterial en las manos. Pasaron a verme de dos en dos en la sala de tele, mientras los demás esperaban en la sala principal.
Primero estuve con mis Papás. Estuvimos platicando tranquilos, pero cuando mi mamá oró por mí, las lágrimas empezaron a salir sin parar. Escucharla suplicar por mi dolor y sufrimiento al Dios que todo lo puede, fue para mí muy conmovedor. Ahora mismo que lo escribo, lo recuerdo y las lágrimas me vuelven.
Bajaron ellos y subieron mi hermana y mi hermano (le dicen los doctores El Héroe por lo que hizo por mí).
Cuando hablé con ellos y recordé los momentos duros en el hospital, rompí en llanto que no paró hasta una hora después. Les conté que me impresiona saber que el Dios en el que creemos (Jesucristo) sufrió en nuestro lugar, dolores infinitamente mayores que los míos; y SIN MERECERLO, todo por amor a nosotros, todo para que comprendiéramos cuánto nos ama.
Cuando mi hermana se despedia me dijo: cuando estés triste recuerda lo que dice el
Salmo 42en donde el escritor inspirado por Dios escribe: "¿Por qué te abates oh alma mía y te turbas dentro de mí. Espera en Dios, pues aún he de alabarle. Salvación mía y Dios mío". De inmediato lo busque y lo leí completo.
El Rey David está en una verdadera lucha entre los que experimenta en ese momento: reproches de la gente, enemigos queriéndolo matar; él llora a todas horas... está realmente luchando con lo que llamamos depresión.
El Salmo brinca entre la lucha de sus sentimientos y experiencia; y su fe. David se repite dos veces:
¿Por qué voy a inquietarme?
¿Por qué me voy a angustiar?
En Dios pondré mi esperanza,
y todavía lo alabaré.
¡Él es mi Salvador y mi Dios!
Su oración es sumamente conmovedora:
Ésta es la oración al Dios de mi vida:
que de día el Señor mande su amor,
y de noche su canto me acompañe.
No paré de llorar al leer Salmo. Es hermoso ver como podemos encontrar gente verdaderamente normal, que tuvo luchas como las nuestras y como encontraron consuelo, refugio y esperanza en Dios, el Dios de la Biblia.
Descubrí varias cosas: la Biblia tiene las mejores palabras para cada situación particular de la vida, palabras de Dios para mí!!! Que maravilloso!!! Descubrí que cuando pasas un asunto particular y sabes que el autor inspirado por Dios, pasó por los mismos momentos, esa voz de Dios, te estremece hasta lo profundo!
¿En qué otro lugar, se puede encontrar algo así?