Mi psicólogo y terapeuta laboral, que ahora se conoce como coach, me ha dicho que está asombrado de mi capacidad de autoreflexión, qué cosa no?
No estoy seguro que tan bueno sea, pero lo que si hago es preguntarme muchas cosas, mi mente continuamente se está cuestionando mucho de los que pasa, de lo que pienso, de lo que veo en mí mismo, en mis amigos, en la sociedad. En este sentido, me ha encantando "El Laberito de la Soledad", del premio nobel de literatura mexicano Octavio Paz. En el libro el habla de que el mexicano experimenta una soledad que nos agobia, un sentimiento de persecución de que alguien nos ha robado o nos está robando algo, que alguien nos quiere hacer daño de alguna manera. El final del libro, Octavio Paz dice que el sentimiento de soledad no es exclusivo del mexicano, que el hombre en general experimenta este sentimiento, que refleja su máxima expresión al nacer y al morir, que son sentimientos prácticamente inherentes al ser humano. Personalmente, creo que lo que él propone no está nada lejos de la realidad. Tenemos de forma inherente una necesidad de ser y de pertenecer. Dentro nuestro, como grabado en nuestra mente, está la necesidad de resolver nuestra identidad y nuestra pertenencia. Será que los medios electrónicos, nos han ayudado? Las redes sociales estarán logrando que el hombre en general no experimente más el sentimiento de soledad, o al menos lo está apaciguando? o tendremos 50 años después de la propuesta de Paz, alguna cosa o método o estrategia que nos resuelva esa soledad?
¿Qué tiene que ver todo esto con la Navidad? ¿Será que las fiestas nos ayudan a resolver?También Octavio Paz tiene un argumento en este sentido: la fiesta para él es como la válvula de escape para el mexicano, es el momento en que la máscaras desaparecen, en que mostramos realmente lo que somos. La Fiesta se usa para liberar la presión de la soledad del mexicano y lo ayuda a sobrellevar su presente y su realidad.
Y cuando la fiesta se acaba? Y cuando los amigos se van a su casa? Y cuando se pasa el efecto del alcohol y recodamos lo que hicimos y dijimos? Y cuando inventariamos las cosas de la que no nos sentimos "tan" orgullosos?
El Dios de la Biblia sabe lo que el hombre experimenta, entiende la soledad que lo aqueja. La más profunda soledad es cuando estamos desorientados, perdidos, sin rumbo y sin causa. La experimentamos cuando queremos realmente entender quienes somos y qué hacemos en este mundo. No encontramos una respuesta que nos satisfaga. La soledad es no encontrarnos a nosotros mismos. Dios sabe eso, lo sabía desde el principio, fueron sus palabras al prohibir a Adán y Eva comer del único árbol no permitido. La muerte anunciada era esa, una confusión mental, un desorden familiar, problemas sociales, la naturaleza corrompida (que ahora conocemos como problemas ecológicos) y lo más radical y causa de todo lo demás: separación absoluta de Dios.
Dios sabía todo esta soledad que el hombre experimentaría, por eso existe la Navidad. La Navidad fue y es la expresión más grande del amor de Dios por su creación, por el ser humano y el mundo caído. El pecado (que es poner otra cosa en primer lugar en nuestro corazón y no a Dios, que por supuesto nos lleva a hacer cosas vergonzosas), nos mantiene alejados de Dios, en la soledad más horrible que el hombre puede experimentar. El amor de Dios, lo llevó a hacer el mayor sacrificio jamás imaginable por nadie: que aun siendo pecadores, estando alejados de Él, siendo sus enemigos; Él, de su propio amor, pone su vida para pagar de una sola vez el pecado todos. Envía a su Hijo al mundo a nacer como un hombre, de un mujer, a ser un bebé, niño, joven, adulto, para vivir la vida perfecta que nosotros no podemos vivir y también a morir de una vez y por todas, para ser el camino para volver a Dios, para acabar con el pecado y la maldad, y así terminar con la soledad que nos aqueja.
La Biblia dice que su nombre sería: Jesús (salvador), porque el salvaría a su pueblo de sus pecados. ¡El precio pagado por la salvación fue altísimo! Jesús puso su propia vida (en la muerte de la cruz) en lugar de la nuestra, porque dice la Escritura, para que todo aquel que crea en Él, que es el hijo de Dios, que tiene poder para perdonar pecados, que es Dios mismo, no se pierda, sino tenga vida eterna.
Para el que Dios le da el título de ser llamado "su hijo", ya no hay más soledad, ya no existe. Su definición más completa es ser hijo de Dios, como cuando estamos orgulloso de nuestro papá y decimos, yo soy hijo de Carlos! Así, ahora la definición para un creyente en la Navidad, para que el sabe que es pecador perdonado (que Dios ha pagado ese precio con sangre propia y está realmente conmovido y anhela tener una relación con Jesús) es ser hijo de Dios; y su verdadera pertenencia es: ser parte de una nación especial, donde el único que gobierna, el Rey es Cristo Jesús; y quien podría gobernar mejor que Él?
Me hubiera gustado que Octavio Paz supiera el remedio a la soledad. Su reflexión no llegó a ningún fin (al menos que yo sepa). Ahora nosotros no podemos decir que no encontramos solución, pues la hay, existe y es real.
Feliz Navidad!!